Esto tiene que ver con el tema de la felicidad, ya que según Andrés Aljure Saab, asesor, speaker, coach y catedrático de Felicidad y de Comunicación en Iberoamérica, hace referencia a una expresión popular para comprender por qué las vivencias perduran más que los bienes que se adquieren: “Los objetos se dañan o pasan de moda. Las experiencias no pierden vigencia, aunque pase el tiempo porque se pueden revivir y disfrutar a través de la memoria”.
Por otro lado, Felipe Buitrago, conferencista de Felicidad Corporativa y Contagio Positivo, señala que las experiencias influyen en los sentidos de una manera más poderosa que las cosas: “Cuando compras un auto solo activas el olfato y la vista. Si vas a un viaje tus cinco sentidos están alerta con la misma intensidad”. Esto despierta factores de motivación más fuertes en las personas, por lo que lo experimentado se hace perdurable o inolvidable.
Sin embargo, Aljure, convencido de que la felicidad es una vivencia personal como un traje hecho a la medida, afirma que no se puede comprometer el futuro pensando solo en vivencias, dejando de lado los bienes materiales necesarios y, por ello, hace un llamado al equilibrio, es decir, invertir en el bienestar sin descuidar los bienes necesarios para tener una vida balanceada y segura.
Por su parte, Jaime Burque, psicólogo en Hodgson & Burque, señala que el hecho de que una experiencia nos proporcione más felicidad que un bien ocurre porque genera con mayor intensidad y solidez los siguientes aspectos:
Nos ayuda a aprender
"Las experiencias (andar en bici en un parque) hacen que aprendamos, que ganemos en autonomía y que aumente nuestra sensación de control de las cosas, lo que a su vez mejora nuestra autoestima".
Nos abre la mente
"Además, mejora nuestra tolerancia y flexibilidad ante la vida, y puede ayudar a romper ideas irracionales, todos elementos clave para aumentar la felicidad".
Aumenta nuestras emociones positivas
"Y además de manera constante, ya sea antes de cualquier experiencia (ilusionándose por un viaje), como durante (el relax de hacer senderismo) o después (la alegría de recordar aquel día con tus amigos en la playa. Una experiencia proporciona recuerdos muchos más poderosos, intensos y agradables en nuestro cerebro".
Definitivamente que hacer turismo nos genera felicidad. Invirtamos en nuestro bienestar a través de experiencias viajeras.